El triunfo de Luis Espiga

El hombre libre no se deja gobernar. Son palabras de Luis Espiga. Y Luis no se deja gobernar, como me recuerda mi amiga del alma. Es un espíritu libre que hace bandera del arte social, de la triformación social. Es su triunfo.

Mi amiga del alma me comunica que Luis está iniciando el camino hacia el umbral.

¿Hacia el umbral?, le pregunto.

Sí, la frontera entre la vida y la muerte. Y lo hace con consciencia. No le da miedo porque sabe que forma parte de la vida. De los procesos.

Pero, ¿quién es Luis?, quiero saber. Mi amiga del alma me invita a que indague. Indago.

Ingeniero industrial en Informática. Casi treinta años de experiencia como director general y CEO en empresas multinacionales, una parte de ellas relacionadas con Silicon Valley.

Con todo este recorrido a principios del siglo XXI fundó el Instituto Triform, orientado a ayudar a empresas e individuos a desarrollarse bajo un paradigma holístico y a promover la aplicación de la triformación social, una de las grandes aportaciones prácticas del científico y pensador austríaco Rudolf Steiner en 1919, tras la catástrofe de la Primera Guerra Mundial.

Desde finales del 2022 el instituto se transforma y pasa a ser Fundación Triform (https://fundaciontriform.org/). Y se ha presentado en sociedad a principios del 2024. Es el triunfo de Luis acompañado de todo un gran equipo de personas como, Anna Dal Passo, Charo Redondo, Christian Palamar y Ana Espiga.

Y un montón de amigos a su alrededor como Joan Melé o Eduard Alié, presidente honorífico de la Fundació Guné (https://fundaciogune.org/). Más triunfos. Una fundación que promueve el respeto y garantía de los derechos humanos a la educación, la salud y la alimentación de las poblaciones del Senegal más vulnerables, con especial incidencia en las mujeres.

Más de 52.000 personas han mejorado sus condiciones de vida desde entonces, gracias a la actividad incansable de la Fundació Guné. Un triunfo, sí. Justo hace un par de semanas han celebrado 20 años de su inicio. En Torre Amat, en Barcelona, gracias a la generosidad de Nacho Amat, también amigo de Luis, y de Eduard, claro. Muchos amigos, muchas personas agradecidas.

Una red, una comunidad. Como la que se ha formado alrededor de la Fundación Triform. Con sus cursos y seminarios se ha convertido en un lugar de encuentro donde tomar conciencia, compartir experiencias y dotar de perspectivas y herramientas para intervenir en el mundo y transformarlo.

Pero hay fundaciones y fundaciones, le comento a mi amiga del alma.

Tú mismo lo has dicho. De la misma manera que hay seres humanos y seres humanos. Y no por eso te vas a cerrar a la opción de creer  en el ser humano.

Sí. Cierto.

Luis cree en el ser humano. Por eso le encanta el libro de Johannes Greiner: “Creo en el ser humano”.

¿Quién es?

Un pedagogo y pianista. Que al igual que Sergi Solera, otro pianista e ingeniero, asegura que los seres humanos somos música.

He de reconocer que es una perspectiva interesante, sí. Tal vez forme parte del triunfo. Puede servir también como respuesta del último artículo que publiqué titulado “¿Triunfas? La muñeca rusa”.  Hay más triunfos de lo que parece.

Autorreconocer qué personaje adoptamos en la vida y si somos capaces de soltarlo y morir para renacer. No deja de ser un acto sagrado.

Luis es capaz de soltarlo y morir para renacer. Él cree en el ser humano. Gracias Luis por todo. Un gran triunfo. Te quiero. Te acompaño. Nos acompañamos.