08 Ene Independencia, ¿sí o no?, y los Reyes Magos
Vaya lío me mete mi amiga del alma. Me pregunta por la independencia. Y yo no sé qué responder ni qué puede ser mejor. Tampoco sé qué tiene que ver con los Reyes Magos. Y ni si fueron reales o pura leyenda mística. Bonita manera de empezar este 2025. Por Dios.
Así que le pregunto:
-Vamos a ver. Acabas de llegar. No nos vemos desde hace un par de meses largo. Primero de todo, feliz 2025, ¿no? Y segundo, ¿ya has terminado de escribir por fin la biografía sobre Miquel? Después entramos en este laberinto que me acabas de meter.
-Tienes razón. Primero, feliz 2025. Segundo, sí, ya terminé de escribir el libro. Lo estamos revisando ahora. ¿Contento?
-Pues sí.
-Menos mal, Jordi. Sigamos ahora con el tema de la independencia y los Reyes Magos.
-Uff.
-¿Conoces una fábula que recoge Jakob Balde?
-Ni idea. ¿Quién es?
-Un poeta del siglo XVII.
-¿Y?
-Recoge una leyenda del siglo XII.
-Vaya. Hace tiempo, pues. ¿Y qué cuenta?
-Una joven doncella que vivía con sus cinco hermanos encuentra un día una preciosa perla. Todos los hermanos querían que ella compartiera su riqueza. Uno de ellos, pintor, se ofrece a pintar el cuadro más bonito que haya visto jamás a cambio de una pequeña parte de su fortuna. Ella rechaza el ofrecimiento. La misma respuesta tiene para su hermano músico que le propone componer la más bella melodía. Así como a su otro hermano boticario que le ofrece el perfume más sugerente que haya podido oler jamás. O a su hermano cocinero que le promete prepararle los platos más exquisitos. Y tampoco acepta la propuesta de su quinto hermano posadero que le promete conseguirle los pretendientes más apuestos. Entonces, sigue la leyenda, vino aquel que supo dirigirse al alma de la doncella, y fue con él con quien compartió su tesoro y la perla que había encontrado.
-Muy bonito, sí. ¿Pero toda esta historia a qué se refiere?
-Bueno. Jakob Balde aclara que en esta parábola, la doncella representa el libre albedrío del alma. La independencia interior. Mientras que los cinco hermanos son la expresión de los cinco sentidos físicos: la vista (el pintor), el oído (el músico), el olfato (el boticario), el gusto (el cocinero), el tacto (el posadero). Y ella los rechaza a todos para compartir la joya inestimable con quien ha conectado con su alma: el amor libre, sin condicionantes ni prejuicios. Ella rechaza lo que le transmiten los sentidos físicos para seguir solamente a quien le ofrece libertad y amor. Y esta es una de las cosas que se quiere representar con el nacimiento del niño Jesús, ahora que se acaba de celebrar la llegada de los Reyes Magos.
Le digo a mi amiga del alma que todo eso suena un poco religioso o místico o espiritual o como se quiera llamar. Aunque sin duda alguna es cierto que aspiro a sentirme libre y lleno de amor. Pero difícil llegar a todo ello.
Y ella me contesta, como no, rápidamente:
-Jordi, lo importante no es la etiqueta que le pongamos.
-Soy un poco escéptico.
-Genial. Como Schopenhauer, el filósofo.
-Sí, me identifico bastante con él. Además, es un ateo declarado.
-Entonces ya sabes que él mismo transmitió un mensaje prácticamente igual al de la leyenda que rescató Jakob Balde.
-¿Cómo?
-Sí. No se trata de misticismos, creyentes o no creyentes, religiosos o no religiosos. Se trata de contenidos que conectan con nuestra alma. Tú mismo comentas que Schopenhauer era un ateo. Y fue él mismo quien aseguraba que predicar una moral es fácil, pero fundar una moral es difícil. Pronunciar sermones no es difícil, pero sí lo es comprender el alma humana. Schopenhauer alentaba a cultivar la soledad, la autonomía, el juicio propio y la independencia interior para comprender el alma humana, conectarse con los otros. Sin prejuicios.
Es cierto. Y mi amiga del alma me comenta que en el fondo son elementos parecidos a los que podía difundir Zoroastro, Buda o Cristo, pero contextualizado a la época actual. Independencia interior sin prejuicios para conectarse con el resto de almas humanas. Desde el amor no dependiente. Ahí está la independencia. La independencia y los Reyes Magos de Oriente. No va de políticas. Va de almas.
Independencia interior, interdependencia sin prejuicios con todos. Más allá de los personajes que somos. Como propuso también Vanessa Kamp en su obra Speak English Motherfucker, un solo de 70 minutos basado en el movimiento, la música, la luz. Una perfomance que se representó durante varios días en noviembre pasado en el Antic Teatre en Barcelona. Y también en Estados Unidos. Un éxito. Excelente. Creación libre. Arte. Arte social.
Allá que vamos.