11 Abr Hay locuras y locuras, ¿eres multipotencial?
Estoy mareado. ¿Seré multipotencial? Empieza la campaña electoral y es una locura. En parte me da igual y en parte no porque la política nos afecta. Parece que ganan terreno los discursos simplistas y las reacciones toscas.
Ante esta locura intento distraerme y desvío mi atención a las respuestas suscitadas por mi anterior artículo en este blog sobre la media naranja, el amor y esas cosas del querer. Siempre resulta más agradable.
Es una locura más apetecible. Y sobre ello emergen más reflexiones en las que profundizaré otro día. Hoy no, que mi hermana me ha recordado que este fin de semana participa y modera un simposio sobre interioridad comprometida, aquí, en Barcelona.
Me siento bien echándole un cable. Intento colgarlo en las redes sociales y no hay manera. Pasa algo con los formatos que de momento impide mi buena acción. Me frustra. Me enloquece un poco.
Recuerdo entonces otro email enviado el mismo día por mi otro hermano pidiéndome ayuda. Eso sí parece sencillo. Lo leo detenidamente…. uffff…. no sé no sé. Quiere que difunda un proyecto sobre valores humanos. Y en el contexto de la campaña electoral e implicando a instituciones públicas… ufff… Vuelve el mareo y me recuerda la locura de la que estoy huyendo.
Me rescata un wasap de un querido amigo con el que comparto varias hectáreas de olivos. Me invita a acompañarle. La memoria, siempre emocional, me sumerge en olores y paisajes de tierra húmeda y amaneceres sobrehumanos. Tiempo de locuras místicas. Mente potente.
Este idilio se desvanece ante la llamada de mis padres. Más pruebas en el hospital. Achaques mil. Voy a su encuentro y me quedo sin ir a la finca. Nervios e impaciencia, rabia no siempre contenido de mi padre que respira impotencia. Es de esa generación que les machacaron con el “los hombres lo pueden todo”. Quiere que mi madre esté bien sí o sí. Con más de 80 años es difícil. Charlamos. Unas horas después los dejo en casa cuando más tranquilos. Locura más llevadera.
Ya es tarde y yo quería escribir sobre Afrodita, encantadora divinidad que nació de la espuma del mar. Alumbró su belleza custodiada por tres hijas de Zeus, las Horas, una triada. Son portadoras de las leyes y la legislación, equidad y armonía con las que arroparon a la diosa del amor. Otra locura. Celestial.
Ante tantas locuras, terrenales y celestiales, mejor domesticar la mente para evitar traspasar la frontera de la psicosis. Una buena idea. Inspirada por Luis Racionero en su libro “Espiritualidad para el siglo XXI” en donde habla de tres formas complementarias de usar la mente. De forma instintiva, racional y espiritual https://bit.ly/2Ggz0sg
Importante: sin olvidarse del cuerpo, claro. Lo explica el experto en neurociencia, bioquímica y biología celular Joe Dispenza en “Programando el cuerpo para una nueva mente”. Es un capítulo de su libro “Sobrenatural”, que de sobrenatural nada. Todo es muy natural. Como ser multipotencial.
¿Lo eres? Emilie Wapnick, defensora del valor de las personas inquietas, lo explica en esta charla TED https://bit.ly/2Z6DOb9
Parece que son personas que les interesa casi todo. Cuando Wapnick era jovencilla surgía la ansiedad ante la reiterada pregunta “¿Qué quieres ser de mayor”?. Nunca sabía qué contestar. Se sentía un bicho raro.
Ahora se reivindica. “Tenemos problemas complejos, multidimensionales ahora mismo, y necesitamos pensadores creativos no convencionales para hacer frente a ellos. A los multipotenciales como yo les digo: reconcíliense con sus muchas pasiones. Sigan su curiosidad por esas madrigueras de conejo. Exploren las intersecciones. Abrazar nuestro cableado interno nos lleva a una vida más auténtica…”.
Y termina con la convicción de que el mundo necesita a los multipotenciales, como los divergentes de Veronica Roth, por sus propuestas creativas, originales y constructivas. Y muy terrenales, contrapunto a la campaña electoral. Lo dejo aquí que me vuelven a llamar… Y sí, sigo mareado.