16 Dic El poder de la infusión
Hay varias maneras de beneficiarse de las propiedades de las plantas aromáticas. Una de ellas es tomarlas en infusión. Pero no sirve preparlas de cualquier manera y no siempre se han utilizado para mitigar los mismos males.
“Tómate una infusión de tila y estarás más tranquilo”, aconsejan algunos. Por otra parte, los expertos comentan que una infusión de valeriana también tiene un efecto relajante sobre el sistema nervioso central y que hay más plantas con efectos parecidos, pero que también hay otras que son estimulantes. Sea la planta que sea y para lo que sea, “cada vez se toman más infusiones”, explica Montserrat Alsina, profesora de la escuela del Gremi d’Herbolaris i Dietètica de Catalunya. Así que no es extraño ir a un comercio donde vendan tila, valeriana o cualquier tipo de planta y se pueden encontrar tanto en un supermercado como en un herbolario. Hay diferencias en un lugar u otro, pero una de las claves también importantes es su elaboración. “Hay personas que no saben realmente cómo se prepara una infusión”, comenta Montserrat Alsina, y dicen tomar infusiones cuando a lo mejor están tomando una tisana, por ejemplo. Y es la clave, porque de ello depende mantener las propiedades que ofrece según el tipo de planta. Generalmente la gente no distingue entre infusiones, tisanas, decocciones o jarabes. ¿Qué es una infusión? ¿Para qué se toman?
“Es todo un mundo”, comenta Noemí Pérez, bióloga y experta en medicina china. El mundo de las plantas no está exento de cierta aureola mística sazonada de sabiduría pagana. No es lo mismo hervir el agua que sólo calentarla. Produce distintos efectos según el tipo de principios activos que contiene toda planta. Tiene su atracción y su misterio, incluso su exotismo, sobre todo con la incorporación de infusiones tipo rooibos, de origen africano. Entrar en un herbolario es sumergirse en un mundo de olores que resultan familiares y extraños, aunque sea una paradoja o parezca racionalmente imposible. Y ante la vista hay tal variedad de plantas secas que la mirada se dispersa o se despista.
Xiaorui Zhang, coordinadora del área de medicina tradicional, medicamentos esenciales y política farmacéutica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recuerda que hace unos diez años la OMS difundió unos monográficos sobre una selección de plantas medicinales en que colaboraron más de cien expertos para determinar las propiedades de cada una de ellas. Al fin y al cabo las infusiones o tisanas han sido la farmacia del pasado en todas las culturas. A través de la sabiduría popular las gentes descubrían propiedades beneficiosas de las diferentes plantas, donde el efecto placebo también ejercía su papel. Con efectos reales o no, lo cierto es que esta sabiduría popular es aprovechada actualmente por las modernas técnicas de análisis y nuevas tecnología para determinar las propiedades de las plantas y diseñar nuevos fármacos. Pero algunos prefieren acudir al especialista que está al otro lado del mostrador para asesorarse sobre la planta más adecuada para mitigar algunos trastornos, que no son pocas. Según la Agrupación Sectorial de Plantas Medicinales, en España se comercializan alrededor de 400 plantas medicinales, aunque oficialmente no llegan a 250 las consideradas fitotradicionales.
Montserrat Alsina afirma que en España va aumentando el consumo de infusiones. “Veníamos de un mercado de bajo consumo. Si en Alemania se situaba alrededor del 30% de la población, donde tienen más tradición en consumir productos naturales, aquí se sitúa entre el 5 y el 6%. Así que es lógico que vaya aumentando. Pasa como con la leche de soja. Antes sólo se vendía en tiendas de dietética, y ahora está en todos los supermercados porque hay demanda, la gente la consume. Con las infusiones pasa algo parecido”. En Francia también existe una gran tradición en el uso de las plantas medicinales, así como en Rusia y China. Tomar infusiones para tratar ciertas dolencias o por el placer de tomar ciertas bebidas de plantas viene de muy antiguo. Lo que es más novedoso, es la cantidad de mezclas de plantas que van apareciendo en el mercado para tomarlas como infusiones.
Hay quien para tomarlas pone agua a hervir y después añade el sobrecito con las hierbas o las hierbas sueltas. Error. Si se hace con el agua hirviendo no es una infusión. Montserrat Alsina explica cómo prepararla. “Sencillamente se calienta el agua, pero sin dejar que hierva. Justo antes de que arranque el hervor se apaga el fuego y se echa la cantidad de planta necesaria. Se remueve bien, se tapa y se deja reposar durante unos minutos. Se cuela y se toma”. Si el agua hierve, técnicamente no es una infusión, pero es que además, la planta puede perder algunos de sus principios activos, sobre todo las sustancias aromáticas porque al hervir se volatizan.
También sucede que muchas veces se utiliza el nombre de tisana como sinónimo de infusión, pero no lo es. En las tisanas sí que se hierve el agua con la planta que se quiere tomar, al menos durante algunos minutos. Pero la recomendación es hacerlo sólo con aquellas plantas que al hervir no se evaporan sus sustancias consideradas medicinales. Porque por considerar, muchos consideran que todas las plantas tienen sus propiedades beneficiosas para el organismo humano. Al menos la ciencia va identificando los principios activos presentes. Según Xiaorui Zhang, “los principios activos son los ingredientes de los medicamentos herbarios que tienen actividad terapéutica”. También advierte sobre la toma indiscriminada de grandes cantidades de infusiones por el mero hecho de ser natural. “La mayoría de las veces los consumidores asumen que natural significa seguro, y no tienen mucho conocimiento al respecto. Los excesos no son buenos”.
En cualquier caso, el peso de la tradición ha convertido algunas plantas en las más populares. “Las reinas de las infusiones son la manzanilla y el poleo menta –asegura Montserrat Alsina–. Pero lo que ahora está de moda son las mezclas de plantas para infusiones. No es extraño encontrar mezclas como manzanilla con anís o tila con menta, por ejemplo. Esta última combinación la aconsejan para aliviar los síntomas de un resfriado y serenar el sistema nervioso. Pero ahora que el invierno está asomando, el tomillo es muy demandado. Uno de sus componentes, el timol, fortalece el sistema inmunitario. Bienvenido sea el tomillo, aunque con la que está cayendo, tal vez mejor tomar una tila.
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Publicado originalmente en https://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20111216/54240151448/el-poder-de-la-infusion.html