Sol de medianoche: historias de superación

Ya ni me acordaba. Empezó esta mañana con una pregunta: ¿Has visto el sol de medianoche? Cosas de mi amiga del alma, claro. Ni le contesto. Y ella sigue. Hace tres meses te hablé de Natalia Sanchidríán.

Está ahí y me la presenta. Viene de Madrid. Viaje relámpago. Hablamos. Conectamos. Estremecedor.

Sufrió abusos sexuales desde los cuatro años. Resultado: miedos, depresión, trastornos alimentarios.

Dice que buscó luz en medio de la oscuridad. Buscó el sol en medio de la noche. Resultado: vivió y trabajó en ocho países diferentes y regresó a España.

¿Para qué?, le pregunto. Quiere terminar de enfrentarse a sus miedos donde empezó su pesadilla, en España. Resultado: es autora de varios libros (mi amiga del alma me sugiere empezar por leer “Volando alto”), ha escrito artículos en diarios y revistas como “Women’s Health”. Y su mayor éxito, poder ser ella misma, expresarse libremente e invitar a otras personas a que hagan lo mismo.

No puedo evitar dudar del sol de medianoche. Natalia percibe mi duda. Embarazoso para mí. Y me invita a que hable con Felipe Colino. Lo llamo por teléfono.

Exmilitar. 37 años. Técnico especialista en mantenimiento electrónico dentro de la unidad de vigilancia aérea del ejército, hasta que una operación a vida o muerte con 32 años cambió su rumbo existencial.

Superó la intervención quirúrgica, pero se despertó con medio cuerpo y media cara paralizada. Y sin poder pronunciar palabra alguna. Afasia le llaman y en silla de ruedas de por vida. Una persona que era muy activa y colaborador en el programa de radio “Los 40 Principales”, durante ocho años. Me conmueve.

Pero si ahora estás conversando conmigo por teléfono como si nada, le comento.

Y responde con total naturalidad…

Mirándome en el espejo me dije: o te quitas de en medio o seguimos para adelante. Eligió.

Al igual que Natalia, buscó luz en medio de la oscuridad. El sol de medianoche. Resultado: habla sin problemas, camina haciendo rutas por el monte, practica surf… y se tira en paracaídas.

Algunos médicos no se lo explican, me comenta. Otros sí. Y me habla de la actitud. Lo ha querido plasmar en su libro “Superando lo insuperable”. Nos despedimos por teléfono no sin antes atendiendo a su petición: Pon lo de Instagram (@felipe_colino), ahí verán mis entrenamientos…

Todavía no he digerido esta experiencia de vida cuando Natalia me coge cariñosamente del brazo en complicidad con mi amiga del alma y me pide que las acompañe. Miedo me dan… Si una me trastoca, las dos juntas no veas…

Quieren que ahora conozca a Lluís Durán.

¿Para?

Para seguir con el sol de medianoche.

¿Más?

Lluís sufría un TOC con TAG.

What?

Sí, hombre. No es broma. Es un trastorno obsesivo compulsivo con un trastorno de ansiedad general.

Vale, vale… balbuceo, aunque no sé qué implica realmente.

Nos encontramos con él en Sant Cugat y comparte su proceso, y la idea, años atrás, de acabar con el sufrimiento en las vías del tren. La medicación era solo un parche, no la solución. Entonces aparentaba una normalidad inexistente.También hay conexión y me sigue contando…

Puedes estar muy mal y ser incapaz de darte cuenta que aunque no veas el sol de medianoche, está. Está al otro lado pero está. Cuando integramos esta convicción, el Yo adulto puede acoger y cuidar al Yo infantil. Mientras tanto somos niños pequeños atrapados en una emoción intensa. Hay que liberarla.

Y afirma que la liberación emocional es un alivio… Su experiencia la ha reflejado en “El poder de sentirme sentido”. Un libro que no deja indiferente. Me gusta. Y me despido ya de todos deseando las mejores navidades posibles.

Empiezo a caminar sintiendo mi corazón caliente. Fuera en la calle hace frío. Claro. Es solsticio de invierno.

Tiempo para reconectarnos con nuestra propia luz. En sintonía con los ciclos de la naturaleza. Y como destaca el pedagogo y músico Johannes Greiner, tiempo de creer en el ser humano: “Creo en cada ser humano. Creo en la capacidad de encuentro y transformación del ser humano. Creo que el ser humano que cree en sí mismo, puede ser un apoyo para los demás. Creo en el ser humano”.

Sí, sin duda, el sol de medianoche está ahí.